La Despensa y FELGTB han creado un manual de instrucciones para generar sensibilidad por el colectivo en situaciones cotidianas de la vida como es la atención sanitaria
Casi la mitad de las personas transexuales han tenido que retrasar o anular sus citas en el médico por miedo a sufrir discriminación. En lo que afecta a su salud, se enfrentan al desconocimiento, la falta de sensibilidad y de especialización, lo que hace que algo tan básico e importante como recibir asistencia sanitaria, se convierta en un gran problema. El desconocimiento está a la orden del día, todavía tienen que enfrentarse a preguntas que deberían haber encontrado respuesta hace mucho tiempo, como si un transexual o un travesti son lo mismo.
Es de suma relevancia que los servicios sanitarios entiendan las diferentes realidades de sus pacientes para poder tratarlos de la forma más adecuada. Es por ello que, con el objetivo de concienciar tanto a los profesionales de la salud como a la sociedad en general, La Despensa ha creado el ‘Manual de instrucciones’ con la esperanza de que, más pronto que tarde, no haga falta ninguna guía. La campaña se enmarca dentro de una investigación realizada por FELGTB sobre las dificultades que afrontan las personas trans dentro del sistema sanitario.
“Hay tutoriales para casi cualquier cosa. Pero para algo así, creemos que son realmente necesarios. Es un código didáctico, sencillo y pensado para consumo digital, la campaña muestra esas situaciones que viven a diario las personas de la comunidad trans en el sector sanitario, para generar una mayor sensibilidad por parte de este colectivo, y de la sociedad en general”, señala David Ricoy, director creativo ejecutivo de la agencia.
Además del manual, la agencia ha lanzado la ‘Tarjeta Sanitaria Sentida’, una acción para denunciar uno de los problemas más comunes a los que se enfrentan las personas trans. Y es que los largos trámites burocráticos hacen que el nombre con el que se identifican no figure en los documentos legales. Con una ingeniosa funda, podrán poner su nombre real en la tarjeta para que, al enseñarla, coincida el nombre del documento con su nombre sentido. “No es la solución definitiva, pero sirve para denunciar y poner de manifiesto lo sencillo que podría ser la solución si todos pusieran más de su parte”, indica Ricoy.