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El packaging está cambiando

Por Carol García del Busto, creativa especialista en branding y packaging para marcas sostenibles

La conciencia medioambiental del consumidor está cambiando, cada vez hay más personas que siguen un estilo de vida y de consumo que genera menos residuos. Como consecuencia también se está produciendo un cambio en la forma en que se envasa.

El creciente problema mundial con el plástico y los movimientos emergentes en busca de soluciones sostenibles hacen que resulte cada vez más fácil encontrar una forma de consumir más respetuosa con el medio ambiente. Greenpeace nos alerta de que “la situación mundial es dramática […], su fácil dispersión y su lento proceso de degradación convierte al plástico en el enemigo número uno de mares y océanos. Su uso es un problema asociado a los modos de consumo”.

Para hacer frente a ello surgió el movimiento Zero Waste, el cual se basa en conseguir minimizar al máximo la producción de residuos. El resto pasa por reutilizar y reciclar. Algunos activistas como Bea Johnson sirven de inspiración a millones de personas de todo el mundo mediante su esfuerzo personal que le ha llevado a conseguir que toda su basura anual quepa en un bote de cristal.

Pero la industria en general, y la alimentaria en particular, no están siempre preparadas para contribuir a este nuevo paradigma. Aún queda mucho para que abunden en el supermercado envases que se puedan biodegradar de forma natural.

Muchos de los productos que consumimos están envueltos en plástico, papel, cartón, cristal, aluminio, acero o laminados compuestos. A veces con varios de ellos en un mismo producto. Algunos de estos materiales son altamente contaminantes, otros menos, y la forma en que se gestionan sus residuos es clave.

De modo que desde la industria del packaging tenemos que pensar en formas de envasar más respetuosas con el medio ambiente, así como maneras más limpias de producir e imprimir. 

¿De qué alternativas hablamos? Existen biopolímeros que se pueden biodegradar, así como polímeros sintéticos que se pueden llegar a descomponer mediante procedimientos especiales, pero se trata de alternativas que requieren una gestión del residuo específica con la que no siempre se cuenta, de forma que en muchas ocasiones acaban dañando el medio ambiente tanto como los plásticos convencionales. Se están desarrollando investigaciones en este sentido y en algún momento veremos soluciones factibles.

Mientras tanto, las marcas, grandes y pequeñas, pueden ser parte de la solución mediante la implantación de medidas de respeto al medio ambiente. Estas son algunas ideas:

  • Entender los beneficios del eco packaging y su alcance. Economía circular aplicada al packaging (envases que se puedan reutilizar, rellenar o transformar), huella ecológica lo más pequeña posible (en su producción, en su transporte), etc.
  • Reducir los materiales que se emplean para envasar el producto, no sólo en cantidad, sino también en variedad, si se puede producir sólo con cartón, ¿para qué utilizar cartón y plástico?
  • Escoger los materiales más fácilmente reciclables dentro de los requerimientos del producto. Por ejemplo, el vidrio ofrece buenas soluciones de reciclado hoy en día, lejos del complicado brik con materiales compuestos.
  • Aliarse con proveedores que respeten la sostenibilidad y ayuden a trabajar en esa línea. Consultores y creativos con marcada orientación hacia lo sostenible pueden ayudar a las marcas a conseguir sus objetivos de ventas teniendo en cuenta el medio ambiente en cada detalle de su estrategia de branding y packaging.
  • Escoger imprentas con sensibilidad medioambiental para imprimir las etiquetas o envases del producto. Optar por las que utilicen tintas vegetales, optimicen el soporte y su aprovechamiento, gestionen sus residuos químicos, etc.
  • Realizar acciones de marketing verde, o marketing medioambiental, que vayan alineadas con los valores sostenibles de la empresa y que permitan mostrar el punto diferencial en este sentido.
  • Vetar el greenwashing, es decir, cualquier intento de lavado de cara para mostrarse sostenible cuando verdaderamente se enmascaran prácticas que no cumplen criterios ecológicos. Los mensajes engañosos y la falta de honestidad es percibida por el cliente y le confunden. Además perjudica los esfuerzos de los que sí están aplicando medidas sostenibles reales.

Podemos influir en todos estos aspectos mediante la forma en que consumimos y también, como empresas, mediante el modo en que se lleva a cabo la producción, el envasado, el transporte y la venta.

El modo en que abordemos este cambio hacia lo verde puede afectar a los pilares de la marca y resultar muy diferente según cada caso. En ocasiones es necesario realizar un trabajo de rebranding a través del packaging y una de las formas es, precisamente, mejorando su sostenibilidad, garantizando que cada detalle de la comunicación de la marca refleje el compromiso y los valores medioambientales de la compañía.

Imagen de cabecera: Unsplash (Kaitlyn Baker)


Carol García del Busto, de CarolGarciadelBusto.com, es diseñadora creativa, especialista en branding y packaging estratégicos para negocios ecológicos y sostenibles.
Con más de 20 años de trayectoria profesional (LinkedIn), está especialmente interesada en dedicar su creatividad a impulsar proyectos con valores y generar impacto positivo en el mundo, por ello trabaja de la mano de empresas implicadas con el desarrollo sostenible y el consumo responsable. Su objetivo es hacer que las empresas incorporen la sostenibilidad para reforzar el peso de los valores de sus marcas.
Ofrece un Brand Test para evaluar el estado de marcas ecológicas que quieran averiguar las acciones que pueden llevar a cabo para crecer en su sector.